:: Los Compadres ::

Carlos Mejía, fotógrafo Wazar Gómez, el médico que cumplió alrededor de un mes en huelga de hambre, partió de su casa hacia el Palacio Nacional un viernes en eso de las 12:30 del mediodía, en procura de que el Gobierno le exonere o les rebaje la deuda que tienen los agricultores de San José de Ocoa y que en un plazo prudente también se nombre la figura constitucional del Defensor del Pueblo. Exigencias que parecen no calar en el seno de las autoridades, ya que hasta pasaron semanas sin que nadie le hiciera caso. En muy mal estado, este hombre, no había comido nada sólido. Solo ingería líquidos. Y con un aspecto casi de muerte, fue desprendido a la fuerza de unos barrotes que, como ironía de la vida, están frente a la plaza erigida al gran pensador mexicano, Benito Juárez, aquel hombre ilustres dueño de la célebre frase, "el respeto al derecho ajeno es la paz". Fue llevado a varios hospitales por el cuerpo de bomberos de Santo Domingo. Pero este médico luchador se negaba. Alg

No pasaba de ocho años la noche en que se produjo esa discusión. "Mis hijos no dicen coño"; "mis muchachos nunca han dicho coño". Con estas palabras, mi madre trataba de explicarle a un señor que en mi campo llamaban Sijo Vázquez, que nosotros, mis tres hermanos y yo, éramos incapaces de pronunciar esta palabra. Pero don Sijo estaba empecinado. "Anjá, ¿Y qué es lo que acaba de decir ahora?", le ripostaba insistente a mi madre, señalando airadamente hacia mi. Sijo estaba tan seguro de que yo había gritado un coño, que ya su empecinamiento lo convertía en un necio aprovechado, porque aquel pleito ocurría justo debajo del cinc mohoso de su casa, adonde íbamos cada noche a ver una telenovela que si mal no recuerdo se llamaba "Cuando los hijos se van". Así era, Sijo Vázquez se estaba aprovechando de que su casa era una de las pocas donde, para la época, había televisión. Era una Toshiba blanco y negro que adquirió para ver el juego de pelota, y la luc

Por Carlos Mejía "Antes de que te vallas, carbonero, escribe con carbón tu despedida, para que sepa el pueblo entero que a ti el progreso te causó una herida cubiertas por el hombre y el dinero". Esta hermosa canción que la hizo muy popular en los años 70` el popular merenguero Jhonny Ventura y compuesta por el humorista Freddy Beras Goico, de verdad que es un verdadero homenaje a la laboriosidad del hombre fajador que ha teñido su cuerpo de sudor y de sol. Este servidor humilde de la sociedad dominicana lucha y subsiste ante los embates del tiempo, las inclemencias y el desarrollo, que ante sus ojos ve perdida la esperanza de un mañana mejor. En alguna esquina de la ciudad capital, en un parque o en cualquier lugar, además del homenaje erigido a una iguana, un Mono o a una araña, deberían las autoridades rendirle tributo al desaparecido "carbonero".