OJALA QUE AHORA SEA VERDAD


La desgracia resurgida nuevamente en Haití (porque nunca se ha ido de sus tierras)debería servir para que la comunidad internacional, de la que tanto hablamos, entienda que con la realidad haitiana no se puede seguir jugando a la pelota caliente.

No sé qué será más desolador o dramático, si observar tantos cadáveres aplastados por edificios y casas maltrechas, gente deambulando sin rumbo fijo y a un presidente visiblemente turbado, que el devenir de una nación mil veces víctima del olvido, burla, saqueos, explotación y rechazos, también internacionales.

Si el problema se resolviera con comida cocinada o fundas de alimentos sin cocer, entonces la solución sería relativamente sencilla. Pero se trata de un país donde, en medio de esta experiencia, sus autoridades asumen que el concepto Gobierno alude la existencia de edificios que alojan oficinas desde donde deben operar.

Parecen ignorar que Gobierno es una estructura compuesta por hombres y mujeres que deben tener, por lo menos, condiciones mínimas de liderazgo para responder ante situaciones como las que aturde a esa empobrecida nación. El presidente René Preval está solo desde el día del terremoto, sin que hasta el momento se haya confirmado que alguno de sus ministros o colaboradoes haya perecido debajo de los escombros. Sí que es grave la situación de Haití.

Es mejor creer en algo que en nada. Y, aunque no me consta sinceridad de parte de las naciones ricas con capacidad para prestar con altos intereres y expertas en meter sus narices cuando no se necesitan, esperemos que el infortunio de millares de seres que nacieron infelices y murieron igual, pueda estremecerle el alma y remenearle el corazón a toda la humanidad. Incluso a los que siempre han expresado odio, repudio y resentimientos contra este maltratado país. Amén.
OQ

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