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La otra lucha de Luis, el PRM

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Como si fuera poco lidiar con miles de muertes y contagiados y una economía alicaída por los efectos demoledores de esta pandemia, el presidente Luis Abinader libra una batalla campal, cuerpo a cuerpo, con su propio partido. Gente importante del PRM intenta ponerle una camisa de fuerza al primer mandatario, echándole en cara que fue llevado al poder por el trabajo realizado por esta organización y que, por tanto, son merecedores de un empleo. En el otro extremo, pero con el mismo objetivo, están los que buscan poner contra la pared al presidente Abinader, para que tire a la calle a servidores públicos que no son de su parcela política. Y es cierto, cientos de miles de ciudadanos apostaron al cambio con Luis en la conducción del Estado e hicieron hasta lo imposible para que asumiera las riendas de la cosa pública. Estos reclamos se justifican en la idea equivocada de que el Estado es propiedad absoluta del partido que gana unas elecciones. Esto explica que, por herencia de una praxis
Pronto regresamos con nuestras reflexiones. Vienen cambios e ideas interesantes.

Para la luz de Nuria, de cora (Que brille entre tinieblas esa luz)

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Recomendaciones y/o prerrequisitos puntuales antes de ponerse a hablar “pluma de burro” o despotricar coprológicos agravios contra NURIA> a) Antes que nada cúrtase, “coja pela” o foguéese debidamente en una sala de redacción (no gubernamental, of course), de modo que su deslumbrante notoriedad mediática no se estrelle inevitablemente de bruces –como en efecto– contra las secuelas de su temerario, circense y remunerado acervo periodístico-conceptual, versión Funglode b) Enjuáguese repetidas veces la boca (recónditos molares y lengua especialmente incluidos) con una buena dosis de antidiarreico verbal radiofónico, anti partidarismo ultra plus y objetividad sin fines lucro, tres veces al día… c) Añádase a la rutina anterior una dosis aún mayor, preferiblemente intravenosa, de jarabe anti parasitismo estatal. Consúmase después de cada exquisita cena, seminario y/o degustación de vinos sufragada obsequiosamente con fondos públicos, para mejor deleite de los invitados d) Por último, le

DERECHOS, DERECHOS, AL DIABLO CON ESO

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Si una mujer aspira, es porque tiene derecho a aspirar. Los derechos políticos y civiles no establecen distinción. Esto, claro está, si se vive en una democracia auténticamente representativa y real, no fingida ni disfrazada con el manto oscuro y mentiroso de filosofías y sofismas liberales. De tan solo leer estas líneas, cualquier dominicano, incluso hasta los mamandos, sabría de inmediato que hablo del atropello del que fue víctima la esposa del presidente Leonel Fernández, la señora Margarita Cedeño, nacida y criada en este pedazo de tierra moralmente árida; donde el morbo maldito, ese que se alimenta de la desgracia ajena, no nos permite crecer sino en la mente igualmente perversa de nuestros políticos corruptos, sinvergüenzas y sin escrúpulo para mentir y burlarse de la ignorancia parida. De todos los partidos y credos. ¿Qué razón había para despojar a una ciudadana dotada de derechos constitucionales, sociales, cívicos y naturales de una aspiración legitimada y canalizada por las

DE VUELTA AL DESAHOGO

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Tenía tanto tiempo que no escribía en este hueco cibernético, que no niego mi haraganería para retomar una de las cosas que más me apasiona en esta mundo de vivos,comunicar con la palabra servida en una espacio en blanco. Pero, a quienes siguen este blog, no se hagan ilusiones, solo escribo para decirles que las ganas han vuelto y que nada especial motivó la desactivación de este invento. Fue solo haraganería. Solo eso. Y prometo que ahora que estoy de vacaciones escribiré sobre Margarita, la esposa de Leonel Fernández, el presidente que a regañadientes desistió de una nueva postulación. De doña Margot escribiré,sí señor. Y también de su esposo. Sí, el mismitico que se le hacía la boca agua por encontrar una brecha dentro del mar de ignorancia que inundad nuestro pueblo, para dejar colar la posibilidad de seguir haciendo lo que siempre ha hecho, "servirle" al pueblo dominicano desde una posición pública. Este cohete. Seguimos en contacto.

NAYELI, UNA SONRISA ASESINADA

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Vianco Martínez La comunidad sureña de Padre Las Casas está en pie de lucha desde hace días porque le han malogrado una de sus sonrisas. Nayeli se llamaba y vivía en uno de los barrios altos –que es además, uno de los barrios pobres- de esa localidad. Los hechos sucedieron así: Nayeli, la más pequeña de los cinco hijos del matrimonio Rivera Delgado, salió de su casa rumbo al colmado de la esquina y no volvió más. Dada la alerta de la desaparición de la niña por sus familiares, el pueblo de Padre Las Casas, organizado en múltiples brigadas, se tiró a las calles a buscarla. Rastreó la localidad de un confín a otro, fue a los hospitales, fue al cuartel de la Policía, miró en los callejones y miró en los caminos, pero no tuvo éxito en la búsqueda. En el momento más alto de la desesperación, el pastor de una iglesia del pueblo salió como un alma en pena a recorrer las calles con un megáfono en la mano pronunciando el nombre de la niña a los cuatro vientos, con la secreta esperanza de que

HISTORIA DE UN SECUESTRO FRUSTRADO

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Sentada en un destacamento de Los Minas, todavía en ropa de dormir, una madre hace esfuezo para no estallar en llantos. Fue temprano en la mañana del pasado viernes, exactamente quince minutos después de las 6:30, hora a la que usualmente su hijo, de 17 años, sale para el colegio. Fue el propio adolescente quien notificó por teléfono que estaba en manos desconocidas. Los detalles no fueron necesarios, su madre interpretó de inmediato que le habían raptado “lo único que tengo, mi muchacho”. Después de escuchar la voz de su hijo, Inés Abad Jolly cuenta que los nervios la traicionaron. Entonces no supo qué hacer. “Mami, ocurrió lo que tú siempre me repetías, que me cuidara. Él me decía, mami, dale todo lo que te pidan; dáselo”, recuerda esta mujer, casada con un estadounidense que habla poco español, pero igualmente confundido con lo que pasaba. Estaban en la oficina del director adjunto de Investigaciones Criminales del muncipio Santo Domingo Este, coronel Rafael Herrera Valenzuela. Lo p